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  • y tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen mis mandamientos. (Exodo 20, 6)

  • y tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen mis mandamientos. (Deuteronomio 5, 10)

  • Reconoce, entonces, que el Señor, tu Dios, es el verdadero Dios, el Dios fiel, que a lo largo de mil generaciones, mantiene su alianza y su fidelidad con aquellos que lo aman y observan sus mandamientos; (Deuteronomio 7, 9)

  • no hagas caso de las palabras de ese profeta o de los sueños de ese visionario. Porque el Señor, su Dios, los pone a prueba para ver si ustedes lo aman realmente con todo su corazón y con toda su alma. (Deuteronomio 13, 4)

  • ¡Que así desaparezcan todos tus enemigos, Señor, y los que te aman sean como el sol cuando despunta con toda su fuerza!". Y hubo paz en el país durante cuarenta años. (Jueces 5, 31)

  • Porque tú amas a los que te odian y odias a los que te aman. ¡Sí, hoy has puesto de manifiesto que para ti no valen nada ni los jefes ni los soldados! Seguro que si hoy Absalón estuviera vivo, y todos nosotros muertos, a ti te parecería una cosa justa. (II Samuel 19, 7)

  • Entonces dije: "¡Ah, Señor, Dios del cielo! Tú eres el Dios grande y temible, que mantienes la alianza y eres fiel con aquellos que te aman y observan tus mandamientos. (Nehemías 1, 5)

  • Entonces tú te alegrarás y te regocijarás por los hijos de los justos, porque todos ellos serán congregados y bendecirán al Señor de los siglos. ¡Felices los que te aman, felices los que se alegran por tu paz! (Tobías 13, 15)

  • Y ellos bendecirán al Dios de los siglos, practicando la justicia. Todos los israelitas que se hayan salvado en aquellos días se acordarán sinceramente de Dios e irán a reunirse en Jerusalén; habitarán seguros en la tierra de Abraham y la recibirán para siempre. Se alegrarán los que aman verdaderamente a Dios, y desaparecerán de la tierra los que cometen el pecado y la injusticia. (Tobías 14, 7)

  • Algún tiempo después, el rey Asuero promovió a Amán, hijo de Hamdatá, el agaguita, a la más alta dignidad, asignándole un sitial más elevado que el de todos los demás ministros que estaban con él. (Ester 3, 1)

  • Todos los servidores de la puerta real doblaban la rodilla y se postraban ante Amán, porque así lo había ordenado el rey. Pero Mardoqueo no se arrodillaba ni se postraba. (Ester 3, 2)

  • Y como todos los días le decían lo mismo, sin que él les hiciera caso, lo denunciaron a Amán, para ver si Mardoqueo hacía valer sus razones, porque les había dicho que él era judío. (Ester 3, 4)


“Há alegrias tão sublimes e dores tão profundas que não se consegue exprimir com palavras. O silêncio é o último recurso da alma, quando ela está inefavelmente feliz ou extremamente oprimida!” São Padre Pio de Pietrelcina