Oseas, 14
4. Asiria no nos salvará, ya no montaremos a caballo, ni diremos más ‘¡Dios nuestro!’ a la obra de nuestras manos, porque sólo en ti el huérfano encuentra compasión".
4. Asiria no nos salvará, ya no montaremos a caballo, ni diremos más ‘¡Dios nuestro!’ a la obra de nuestras manos, porque sólo en ti el huérfano encuentra compasión".
El Capítulo 14 de Oseas es una invitación al arrepentimiento y restauración de la relación entre Dios y el pueblo de Israel. Es un llamado para que regresen al Señor y reconozcan su dependencia de ellos, no ídolos u otros dioses. Los versos seleccionados a continuación están relacionados con el tema principal del capítulo, el arrepentimiento y la búsqueda de Dios.
Salmo 51:17: "Los sacrificios agradables para ti son el espíritu roto; corazón compuesto y contrito, no lo despreciarás, oh Dios". Este versículo enfatiza que el verdadero arrepentimiento es lo que agrada a Dios, más que cualquier sacrificio u ofrenda que podamos ofrecer.
Isaías 55:6-7: "Busca al Señor siempre que uno pueda encontrar, invoquelo como cerca. Deja a los malvados en su camino, y al hombre malvado sus pensamientos; recurrir al Señor, que simpatizará con él; Nuestro Dios, porque él es rico en perdón ". Este versículo refuerza el mensaje central del Capítulo 14 de Oseas, que es la búsqueda de Dios y el arrepentimiento de nuestros pecados.
Jeremías 31:18-19: "Ciertamente escuché a Efraim lamentarse: me has castigado, y fui castigado como un toro aún no domesticado; hazme volver a regresar, porque tú eres el Señor, Dios mío. Rechacé. Lamenté; y después de entenderme, golpeé mi muslo; estoy avergonzado y confundido, porque apoyé el reproche de mi juventud ". Este versículo muestra el genuino arrepentimiento de Efraín (uno de los nombres dados a Israel) y el deseo de regresar al Señor.
Lucas 15:11-32: La parábola del hijo pródigo es un ejemplo vivo de arrepentimiento y reconciliación. El hijo menor desperdició su herencia y termina viviendo en la pobreza extrema hasta que decide regresar a la casa de su padre. Reconoce sus errores, pide perdón y su padre recibe con alegría. Esta parábola ilustra el amor de Dios por su pueblo y su disposición a perdonar a los que realmente se arrepienten.
Apocalipsis 2:4-5: "Pero tengo en tu contra de ti que dejaste tu primer amor. Recuerda, por lo tanto, donde te has caído, y te arrepientes, y practicar las primeras obras; y si no, pronto me volví hacia ti, y yo Retirará su lámpara de su lugar, si no se arrepiente ". Este versículo destaca la importancia del arrepentimiento continuo y la búsqueda constante de Dios, para que no perdamos nuestro primer amor y nuestra comunión con él.
“Devemos odiar os nossos pecados, visto que o amor ao Senhor significa paz”. São Padre Pio de Pietrelcina
