Eclesiástico, 26
12. Ella abre la boca como un viajero sediento y bebe toda el agua que se le ofrece; se sienta ante cualquier estaca y abre su aljaba a todas las flechas.
12. Ella abre la boca como un viajero sediento y bebe toda el agua que se le ofrece; se sienta ante cualquier estaca y abre su aljaba a todas las flechas.
“De que vale perder-se em vãos temores?” São Padre Pio de Pietrelcina