Trouvé 36 Résultats pour: vano

  • No tomarás el nombre del Señor en vano, porque el Señor no dejará sin castigo al que toma su nombre en vano. (Exodo 20, 7)

  • yo me portaré con vosotros de la misma manera; haré venir sobre vosotros el espanto, epidemia y fiebre, enfermedades de los ojos y agotamiento de la vida. Sembraréis en vano, pues los enemigos comerán el fruto de vuestras semillas. (Levítico 26, 16)

  • Se empleará en vano vuestra fuerza, pues la tierra no producirá nada y los árboles del campo no darán sus frutos. (Levítico 26, 20)

  • Le ciñó la espada sobre su armadura y David intentó en vano andar, porque no estaba entrenado. Y dijo a Saúl: "No puedo andar con esto, porque no estoy entrenado". Y se lo quitó de encima. (I Samuel 17, 39)

  • David había dicho: "En vano he guardado todo lo que este hombre tiene en el desierto, de modo que nada le haya faltado de cuanto le pertenece; él me devuelve mal por bien. (I Samuel 25, 21)

  • no será para ti un sufrimiento ni un remordimiento de conciencia el haber derramado sangre en vano y haberte hecho justicia por tu mano. Cuando el Señor haya hecho el bien a mi señor, acuérdate de tu sierva". (I Samuel 25, 31)

  • Y el Señor dijo a Satán: "¿Has reparado acaso en mi siervo Job? No hay nadie en la tierra como él, hombre recto, íntegro, temeroso de Dios y apartado del mal. Aún sigue firme en su entereza; en vano me has incitado contra él para arruinarlo". (Job 2, 3)

  • Y si culpable soy, ¿para qué en vano fatigarme? (Job 9, 29)

  • Pero es vano decir que Dios no oye, que el todopoderoso de nada se da cuenta. (Job 35, 13)

  • Enmudecí, guardé silencio; callé, pero fue en vano, pues mi dolor se hizo insoportable, mi corazón ardía dentro de mí; (Salmos 39, 3)

  • El ultraje quebró mi corazón, estoy perdido, esperé compasión, pero fue en vano, consoladores, y no encontré ni uno. (Salmos 69, 21)

  • Luego en vano he conservado mi corazón limpio y lavé mis manos en señal de inocencia. (Salmos 73, 13)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina