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Pero si consagra su campo después del jubileo, el sacerdote calculará su precio a razón de los años que quedan hasta el año del jubileo; y lo descontará de la tasación. (Levítico 27, 18)
Ese campo, cuando quede libre en el jubileo, será consagrada a Yahveh como campo de anatema y será propiedad del sacerdote. (Levítico 27, 21)
el sacerdote calculará el importe de su valor hasta el año del jubileo; y él pagará ese mismo día la suma de la tasación como cosa sagrada de Yahveh. (Levítico 27, 23)
«Manda que se acerque la tribu de Leví y ponlos delante del sacerdote Aarón, que estén a su servicio. (Números 3, 6)
El principal de los principales de Leví era Eleazar, hijo del sacerdote Aarón. Ejercía la supervisión de todos los encargados del santuario. (Números 3, 32)
Pero Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, estará al cuidado del aceite del alumbrado, del incienso aromático, de la oblación perpetua y del óleo de la unción; al cuidado de toda la Morada y de cuanto hay en ella, sean cosas sagradas o sus utensilios.» (Números 4, 16)
Este será el servicio de los clanes guersonitas en la Tienda del Encuentro. Lo desempeñarán a las órdenes de Itamar, hijo del sacerdote Aarón. (Números 4, 28)
Ese es el servicio de los clanes meraritas. Para todo su servicio en la Tienda del Encuentro estarán a disposición de Itamar, hijo del sacerdote Aarón.» (Números 4, 33)
Y si el hombre no tiene pariente a quien se pueda restituir, la suma que en tal caso se ha de restituir a Yahveh, será para el sacerdote; aparte del carnero expiatorio con que el sacerdote expiará por él. (Números 5, 8)
Y toda ofrenda reservada de lo que los hijos de Israel consagran y presentan al sacerdote, será para éste. (Números 5, 9)
Lo que cada uno consagra, es suyo; pero lo que se presenta al sacerdote, es para el sacerdote.» (Números 5, 10)
ese hombre llevará a su mujer ante el sacerdote y presentará por ella la ofrenda correspondiente: una décima de medida de harina de cebada. No derramará aceite sobre la ofrenda, ni la pondrá incienso, pues es «oblación de celos», oblación conmemorativa para recordar una falta. (Números 5, 15)
