Trouvé 316 Résultats pour: desierto

  • Yahveh, como no ha podido introducir a ese pueblo en la tierra que les había prometido con juramento, los ha matado en el desierto." (Números 14, 16)

  • que ninguno de los que han visto mi gloria y las señales que he realizado en Egipto y en el desierto, que me han puesto a prueba ya diez veces y no han escuchado mi voz, (Números 14, 22)

  • El amalecita y el cananeo habitan en el llano. Mañana, volveos y partid para el desierto, camino del mar de Suf.» (Números 14, 25)

  • Por haber murmurado contra mí, en este desierto caerán vuestros cadáveres, los de todos los que fuisteis revistados y contados, de veinte años para arriba. (Números 14, 29)

  • Vuestros cadáveres caerán en este desierto, (Números 14, 32)

  • y vuestros hijos serán nómadas cuarenta años en el desierto, cargando con vuestra infidelidad, hasta que no falte uno solo de vuestros cadáveres en el desierto. (Números 14, 33)

  • Yo, Yahveh, he hablado. Eso es lo que haré con toda esta comunidad perversa, amotinada contra mí. En este desierto no quedará uno: en él han de morir.» (Números 14, 35)

  • Cuando los israelitas estaban en el desierto, se encontró a un hombre que andaba buscando leña en día de sábado. (Números 15, 32)

  • ¿Te parece poco habernos sacado de una tierra que mana leche y miel para hacernos morir en el desierto, que todavía te eriges como príncipe sobre nosotros? (Números 16, 13)

  • Los israelitas, toda la comunidad, llegaron al desierto de Sin el mes primero, y se quedó todo el pueblo en Cadés. Allí murió María y allí la enterraron. (Números 20, 1)

  • ¿Por qué habéis traído la asamblea de Yahveh a este desierto, para que muramos en él nosotros y nuestros ganados? (Números 20, 4)

  • Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: «¿Por qué nos habéis subido de Egipto para morir en el desierto? Pues no tenemos ni pan ni agua, y estamos cansados de ese manjar miserable.» (Números 21, 5)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina