Trouvé 12 Résultats pour: castigos

  • Por tanto, di a los hijos de Israel: Yo soy Yahveh; Yo os libertaré de los duros trabajos de los egipcios, os libraré de su esclavitud y os salvaré con brazo tenso y castigos grandes. (Exodo 6, 6)

  • Faraón no os escuchará, pero yo pondré mi mano sobre Egipto y sacaré de la tierra de Egipto a mi ejército, mi pueblo, los israelitas, a fuerza de duros castigos. (Exodo 7, 4)

  • ¡Dichosos los que te amen! ¡Dichosos los que se alegren en tu paz! ¡Dichosos cuantos hombres tuvieron tristeza en todos tus castigos, pues se alegrarán en ti y verán por siempre toda tu alegría! (Tobías 13, 14)

  • para ejecutar venganza en las naciones, castigos en los pueblos, (Salmos 149, 7)

  • Ruego a los lectores de este libro que no se desconcierten por estas desgracias; piensen antes bien que estos castigos buscan no la destrucción, sino la educación de nuestra raza; (II Macabeos 6, 12)

  • pues el no tolerar por mucho tiempo a los impíos, de modo que pronto caigan en castigos, es señal de gran benevolencia. (II Macabeos 6, 13)

  • Los castigos están hechos para los arrogantes; y los golpes para la espalda de los necios. (Proverbios 19, 29)

  • Aunque, a juicio de los hombres, hayan sufrido castigos, su esperanza estaba llena de inmortalidad; (Sabiduría 3, 4)

  • Mas sobre los pecadores cayeron los castigos, precedidos, como aviso, de la violencia de los rayos. Con toda justicia sufrían por sus propias maldades, por haber extremado su odio contra el extranjero. (Sabiduría 19, 13)

  • Que el comienzo del orgullo es el pecado, el que se agarra a él vierte abominación. Por eso les dio el Señor asombrosos castigos, y les abatió hasta aniquilarlos. (Eclesiástico 10, 13)

  • Entonces gritó a mis oídos con voz fuerte: «¡Se acercan los castigos de la ciudad, cada uno con su azote en la mano!» (Ezequiel 9, 1)

  • Frecuentemente recorría todas las sinagogas y a fuerza de castigos les obligaba a blasfemar y, rebosando furor contra ellos, los perseguía hasta en las ciudades extranjeras. (Hechos 26, 11)


“Quando a videira se separa da estaca que a sustenta, cai, e ao ficar na terra apodrece com todos os cachos que possui. Alerta, portanto, o demônio não dorme!” São Padre Pio de Pietrelcina