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  • Dijo Yahveh a Moisés: «Extiende tu mano hacia el cielo, y que caiga granizo en toda la tierra de Egipto, sobre los hombres, sobre los ganados y sobre todas las hierbas del campo que hay en la tierra de Egipto.» (Exodo 9, 22)

  • Quedará impuro cualquier objeto sobre el que caiga uno de sus cadáveres; ya sea un instrumento de madera, o un vestido, una piel, un saco o cualquier utensilio. Será metido en agua y quedará impuro. (Levítico 11, 32)

  • Cualquier objeto sobre el que caiga alguno de esos cadáveres quedará impuro: el horno y el doble fogón serán derribados; son impuros y los tendréis por impuros. (Levítico 11, 35)

  • De igual manera cuando caiga alguno de esos cadáveres sobre una semilla que va a sembrarse, quedará pura; (Levítico 11, 37)

  • Cuanto caiga bajo el anatema en Israel, será para ti. (Números 18, 14)

  • Repartiréis la tierra a suertes entre vuestros clanes. Al grande le aumentaréis la herencia y al pequeño se la reduciréis. Donde le caiga a cada uno la suerte, allí será su propiedad. Haréis el reparto por tribus paternas. (Números 33, 54)

  • Sin embargo podrás destruir y cortar los árboles que sabes que no son frutales, y hacer con ellos obras de asedio contra esa ciudad que está en guerra contigo, hasta que caiga. (Deuteronomio 20, 20)

  • Como lluvia se derrame mi doctrina, caiga como rocío mi palabra, como blanda lluvia sobre la hierba verde, como aguacero sobre el césped. (Deuteronomio 32, 2)

  • lo mejor de la tierra y cuanto contiene, y el favor del que mora en la Zarza: ¡caiga sobre la cabeza de José, sobre la frente del elegido entre sus hermanos! (Deuteronomio 33, 16)

  • Si alguno sale fuera de las puertas de tu casa, caiga su sangre sobre su cabeza. Nosotros seremos inocentes. Pero la sangre de todos los que estén contigo en casa, caiga sobre nuestras cabezas, si alguien pone su mano sobre ellos. (Josué 2, 19)

  • arrojándose a sus pies le dijo: «Caiga sobre mí la falta, señor. Deja que tu sierva hable a tus oídos y eschucha las palabras de tu sierva. (I Samuel 25, 24)

  • Que no caiga ahora mi sangre en tierra lejos de la presencia de Yahveh, pues ha salido el rey de Israel a la caza de mi vida como quien persigue una perdiz en los montes.» (I Samuel 26, 20)


“Deus sempre nos dá o que é melhor para nós.” São Padre Pio de Pietrelcina