Trouvé 11 Résultats pour: Gaal

  • Una vez, Gaal, hijo de Ebed, pasó por Siquém junto con sus hermanos, y se ganó la confianza de los señores de Siquém. (Jueces 9, 26)

  • Entonces Gaal, hijo de Ebed, exclamó: "¿Qué autoridad tiene Abimélec sobre Siquém para que le estemos sometidos? ¿El hijo de Ierubaal, y Zebul, su lugarteniente, no han estado sometidos a la gente de Jamor, el padre de Siquém? ¿Por qué tenemos que estar sometidos a ellos? (Jueces 9, 28)

  • Zebul, el gobernador de la ciudad, al enterarse de las palabras de Gaal, hijo de Ebed, se enfureció (Jueces 9, 30)

  • y envió disimuladamente mensajeros a Arumá, donde estaba Abimélec, para avisarle: "Gaal, hijo de Ebed, ha llegado a Siquém con sus hermanos, y está sublevando la ciudad contra ti. (Jueces 9, 31)

  • Por la mañana temprano, apenas brille el sol, irrumpirás contra la ciudad. Y cuando Gaal con su gente salga a enfrentarse contigo, lo tratarás como más convenga". (Jueces 9, 33)

  • Cuando Gaal, hijo de Ebed, salió y se detuvo a las puertas de la ciudad, Abimélec y la tropa que lo acompañaba salieron de los lugares donde estaban al acecho. (Jueces 9, 35)

  • Al ver las tropas, Gaal dijo a Zebul: "Mira esa gente que baja de la cima de los montes". "Es la sombra de los montes, y a ti te parecen hombres", le respondió Zebul. (Jueces 9, 36)

  • Pero Gaal insistió: "Es gente que baja por la ladera del Ombligo de la Tierra, y otro grupo viene por el camino de la Encina de los Adivinos". (Jueces 9, 37)

  • Gaal salió al frente de los señores de Siquém y presentó batalla a Abimélec. (Jueces 9, 39)

  • Abimélec lo persiguió: Gaal emprendió la retirada y muchos cayeron muertos antes de llegar a la puerta de la ciudad. (Jueces 9, 40)

  • Abimélec regresó a Arumá, y Zebul expulsó de Siquém a Gaal y a sus hermanos, impidiéndoles habitar allí. (Jueces 9, 41)


O sábio elogia a mulher forte dizendo: os seu dedos manejaram o fuso. A roca é o alvo dos seus desejos. Fie, portanto, cada dia um pouco. Puxe fio a fio até a execução e, infalivelmente, você chegará ao fim. Mas não tenha pressa, pois senão você poderá misturar o fio com os nós e embaraçar tudo.” São Padre Pio de Pietrelcina