Trouvé 24 Résultats pour: colinas

  • ¡Lo veo de lo alto de los riscos y lo contemplo de lo alto de las colinas: ese pueblo vive aparte no se lo puede contar entre las naciones! (Números 23, 9)

  • Ofreció sacrificios en los santuarios de las lomas, en las colinas y bajo todo árbol frondoso. (2 Reyes 16, 4)

  • Cuando los israelitas vieron aquella multitud, se asustaron y se dijeron unos a otros: «Sin duda, éstos devorarán todo el país y ni los montes más altos, ni los barrancos ni las colinas, detendrán su marcha.» (Judit 7, 4)

  • ¿Eres tú el primer hombre que ha nacido? ¿Se te dio a luz antes que las colinas? (Job 15, 7)

  • las praderas del desierto reverdecen, las colinas se revisten de alegría; (Salmos 65, 13)

  • Que montes y colinas traigan al pueblo la paz y la justicia. (Salmos 72, 3)

  • las montañas saltaron como carneros y como corderos, las colinas. (Salmos 114, 4)

  • Montañas, por qué saltan como carneros y ustedes, colinas, como corderos? (Salmos 114, 6)

  • Porque él cubre de nubes los cielos, y prepara las lluvias de la tierra, hace brotar la hierba en las colinas y las plantas que el hombre ha de cultivar; (Salmos 147, 8)

  • las montañas y todas las colinas, árboles frutales y todos los cedros, animales salvajes y domésticos, reptiles y aves que vuelan, (Salmos 148, 9)

  • Las montañas no habían aparecido, ni tampoco había colinas cuando fui dada a luz. (Proverbios 8, 25)

  • que todas las quebradas sean rellenadas y todos los cerros y lomas sean rebajados; que se aplanen las cuestas y queden las colinas como un llano.» (Isaías 40, 4)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina