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El ángel respondió: «¿Qué te importa más: la persona que acompaña a tu hijo, o la tribu a la que pertenece?» Pero Tobit insistió en saber su nombre y la tribu a la que pertenecía. (Tobías 5, 12)
Ustedes nunca llegarán a conocer todo lo que siente una persona, no podrán apoderarse de sus pensamientos. Entonces, ¿cómo van a comprender a Dios que hizo todas las cosas? No, hermanos, no provoquen la cólera del Señor, Dios nuestro. (Judit 8, 14)
Apenas hubo entrado, le hizo esta pregunta: «¿Qué se debe hacer con una persona a quien el rey quiere honrar?» El pensó que no podía ser nadie más que él y contestó: (Ester 6, 6)
luego revista con ese traje al hombre que el rey desea distinguir, hágalo montar en el caballo y vaya por la plaza de la ciudad anunciando delante de él: «¡Miren, señores, cómo trata el rey a la persona que desea distinguir!» «Muy bien, añadió el rey. (Ester 6, 9)
Con este fin les he pedido la opinión a mis consejeros, y uno de ellos, Amán, conocido por su elevado criterio, por su total dedicación y por su fidelidad a toda prueba, que es la segunda persona importante del imperio, nos ha hecho la siguiente denuncia: (Ester 13, 3)
pensaba apoderarse de nuestra persona y entregar a los macedonios el imperio de los persas. (Ester 16, 14)
No basta que Dios lo castigue en sus hijos. ¡Que lo castigue en su propia persona, para que aprenda! (Job 21, 19)
que mi enemigo me persiga y me alcance, que aplaste mi persona contra el suelo y esparza por el polvo mis entrañas. (Salmos 7, 6)
Así pague el Señor a mis acusadores y a los que hablan mal de mi persona! (Salmos 109, 20)
Envía, pues, a una persona de tu confianza para que vea los estragos que nos han causado a nosotros y a las provincias del rey. Que los castiguen a ellos y a todos los que los apoyan.» (1 Macabeos 7, 7)
Menelao se hizo presentar al rey, a quien impresionó por su aire de persona de autoridad, y logró el cargo de Sumo Sacerdote, ofreciendo trescientos talentos de plata más que Jasón. (2 Macabeos 4, 24)
El Macabeo en persona tomó el primero las armas y exhortó a los demás a que, juntamente con él, afrontaran el pelibro y ayudaran a sus hermanos. (2 Macabeos 11, 7)
