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  • Pues espíritus malos salían de los endemoniados dando gritos, y varios paralíticos y cojos quedaron sanos. (Hecho de los Apóstoles 8, 7)

  • hasta tal punto que imponían a los enfermos pañuelos o ropas que él había usado, y mejoraban. También salían de ellos los espíritus malos. (Hecho de los Apóstoles 19, 12)

  • Incluso algunos judíos ambulantes que echaban demonios, trataron de invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: «Yo te ordeno en el nombre de ese Jesús a quien Pablo predica.» (Hecho de los Apóstoles 19, 13)

  • Para unos hay días buenos y días malos, mientras que para otros todos los días son iguales. Que cada uno, pues, siga su propio parecer. (Carta a los Romanos 14, 5)

  • Todo esto sucedió para ejemplo nuestro, pues debemos guardarnos de los malos deseos que ellos tuvieron. (1º Carta a los Corintios 10, 6)

  • Aprovechen el momento presente, porque estos tiempos son malos. (Carta a los Efesios 5, 16)

  • ¡Cuídense de los perros; cuídense de los obreros malos; cuídense de los que se hacen incisiones! (Carta a los Filipenses 3, 2)

  • Por tanto, hagan morir en ustedes lo que es «terrenal», es decir, libertinaje, impureza, pasión desordenada, malos deseos y el amor al dinero, que es una manera de servir a los ídolos. (Carta a los Colosenses 3, 5)

  • y quiso compartir, no el goce pasajero del pecado, sino los malos tratos del pueblo de Dios. (Carta a los Hebreos 11, 25)

  • Porque ahí está el mérito, en que soportan malos tratos sin haberlo merecido, habiendo actuado a conciencia y por Dios. (1º Carta de Pedro 2, 19)

  • Pero el Señor sabe librar de la prueba a sus servidores y reserva a los malos para castigarlos en el día del juicio. (2º Carta de Pedro 2, 9)

  • Conozco tus obras, tus dificultades y tu perseverancia. Sé que no puedes tolerar a los malos y que pusiste a prueba a los que se llaman a sí mismos apóstoles y los hallaste mentirosos. (Apocalipsis 2, 2)


“O sábio elogia a mulher forte dizendo: os seu dedos manejaram o fuso. A roca é o alvo dos seus desejos. Fie, portanto, cada dia um pouco. Puxe fio a fio até a execução e, infalivelmente, você chegará ao fim. Mas não tenha pressa, pois senão você poderá misturar o fio com os nós e embaraçar tudo.” São Padre Pio de Pietrelcina