19. Porque cuando nuestros padres eran llevados a Persia, los piadosos sacerdotes de entonces tomaron en secreto el fuego del altar, lo escondieron en una concavidad, como un pozo seco, y lo ocultaron de modo que aquel lugar quedara ignorado de todos.





“Reze, reze! Quem muito reza se salva e salva os outros. E qual oração pode ser mais bela e mais aceita a Nossa Senhora do que o Rosario?” São Padre Pio de Pietrelcina