Génesis, 4

La Santa Biblia

11 Por tanto, maldito seas lejos de la tierra que ha abierto sus fauces para empaparse con la sangre de tu hermano derramada por ti.




Versículos relacionados com Génesis, 4:

El Capítulo 4 de Génesis trata de la historia de Caín y Abel, los primeros hijos de Adán y Eva. Caín, que era agricultor, le ofreció a Dios una oferta de frutas y verduras, mientras que Abel, que era pastor, le ofreció a Dios la grasa de los primeros corderos nacidos en su rebaño. Dios aceptó la oferta de Abel, pero no la de Caín, lo que llevó a Caín a matar a Abel. Aquí hay cinco versos relacionados con los temas cubiertos en Génesis 4:

1 Juan 3:12: "No seamos como Caín, que pertenecía al maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué lo mató? Porque sus obras eran malvadas y las de su hermano eran justos". Este versículo habla de la historia de Caín y Abel como un ejemplo del bien versus el mal y la importancia de hacer buenas obras.

Hebreos 11:4: "Por fe Abel le ofreció a Dios un sacrificio superior al de Caín. Por fe fue reconocido como justo, cuando Dios aprobó sus ofertas. Aunque está muerto, todavía habla a través de la fe". Este versículo destaca la importancia de la fe y la justicia, y cómo Abel fue reconocido por Dios por sus ofrendas y su fe.

Proverbios 14:12: "Hay una manera que parece correcta al hombre, pero al final conduce a la muerte". Este versículo destaca la importancia de seguir la forma correcta y tomar decisiones sabias para evitar consecuencias graves como la que enfrentó Caín.

Génesis 4:15: "Pero el Señor le dijo a Caín:" Si alguien mata a Caín, sufrirá venganza siete veces mayor ". Y el Señor ha puesto una señal en Caín para que nadie lo encuentre lo mató". Este versículo muestra que Dios castigó a Caín por su acción, pero también lo protegió de la venganza de los demás.

Génesis 4:26: "A siete también nació un hijo, y lo llamó eNos. En ese momento, los hombres comenzaron a invocar el nombre del Señor". Este versículo destaca el comienzo de la adoración de Dios entre las personas, lo que demuestra que incluso en medio de la violencia y el pecado, todavía había quienes buscaban una conexión con Dios.


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