21. Sujetaron el pectoral, uniendo sus anillos a los anillos del efod con un cordón de púrpura violeta para que quedase sujeto por encima del cinturón del efod y no se desprendiese de él, como el Señor había mandado a Moisés.





“Quando a videira se separa da estaca que a sustenta, cai, e ao ficar na terra apodrece com todos os cachos que possui. Alerta, portanto, o demônio não dorme!” São Padre Pio de Pietrelcina