Josué, 1
12. Luego dijo a los rubenitas, a los gaditas y a la mitad de la tribu de Manasés:
12. Luego dijo a los rubenitas, a los gaditas y a la mitad de la tribu de Manasés:
El capítulo 1 de Joshua marca el comienzo del liderazgo de Joshua sobre los hijos de Israel después de la muerte de Moisés. Dios comisiona a Joshua para llevar a la gente a conquistar la tierra prometida, y los alienta a ser fuertes y valientes. Joshua luego transmite estas palabras a la gente, que promete obedecer y seguir a Joshua como líder.
1 Samuel 18:14: "Y David prosperó en todos sus caminos, porque el Señor estaba con él". Justo como Dios estaba con Joshua, también estaba con David en su misión. Este versículo destaca la importancia de la presencia y el apoyo de Dios en nuestras vidas.
Salmo 27:14: "Espera por el Señor; alentarte y fortalece tu corazón; espera al Señor". Dios alentó a Joshua a ser fuertes y valientes, y este versículo también nos anima a confiar en Dios en tiempos difíciles y esperarlo.
Proverbios 3:5-6: "Confía en el Señor de todo tu corazón y no agites en tu propio entendimiento. Lo reconoce en todos tus caminos, y él enderezará tus caminos". Dios instruyó a Joshua que siguiera su Palabra y Liderazgo, y este versículo nos enseña a confiar en Dios y seguir sus caminos en lugar de depender de nuestra propia sabiduría.
Isaías 41:10: "No tengas miedo, porque estoy contigo, no te persigas, porque yo soy tu Dios; te fortalezco y te ayudo, y te apoyo con mi fiel mano derecha". Justo cuando Dios le prometió a Joshua que estaría con él en su misión, también promete estar con nosotros en todas las circunstancias. Este versículo nos recuerda que no necesitamos temer, porque Dios siempre está con nosotros.
Mateo 28:19-20: "Por lo tanto, ve, haz discípulos de todas las naciones, bautizándolas en nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles a observar todas las cosas que te he enviado; Y he aquí, estoy contigo todos los días, hasta la consumación de los siglos ". Este versículo destaca la importancia de obedecer las órdenes de Dios y seguir su mandato, así como Dios fue encargado por Dios para llevar a su pueblo a conquistar la tierra prometida.
“Meu Deus, perdoa-me. Nunca Te ofereci nada na minha vida e, agora, por este pouco que estou sofrendo, em comparação a tudo o que Tu sofreste na Cruz, eu reclamo injustamente!” São Padre Pio de Pietrelcina
