14. Luego se fue detrás del hombre de Dios y lo encontró sentado bajo el terebinto. "¿Eres tú el hombre de Dios que vino de Judá?", le preguntó. "Así es", respondió él.





“O mais belo Credo é o que se pronuncia no escuro, no sacrifício, com esforço”. São Padre Pio de Pietrelcina