34. el propietario del pozo deberá indemnizar: pagará en efectivo al dueño del buey o del asno el precio debido, y el animal muerto quedará para él.





“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina