16. No quedó nada más que un pueblo muy pequeño, con un jefe de la casa de David. Algunos de ellos hicieron lo que agrada a Dios, pero otros multiplicaron sus pecados.





“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina