Löydetty 51 Tulokset: trompeta

  • Al tercer día, a eso del amanecer, hubo truenos y relámpagos, una espesa nube sobre la montaña y un sonido muy fuerte de trompeta; todo el pueblo, que estaba en el campamento, temblaba. (Exodo 19, 16)

  • El sonido de la trompeta se iba haciendo cada vez más fuerte. Moisés hablaba, y Dios le respondía con el trueno. (Exodo 19, 19)

  • Todo el pueblo distinguía los truenos y los relámpagos, el sonido de la trompeta y el humear de la montaña. El pueblo, al ver esto, temblaba y se mantenía a distancia. (Exodo 20, 18)

  • "Di a los israelitas: el día primero del séptimo mes será para vosotros día de descanso y de asamblea santa, convocada a son de trompeta. (Levítico 23, 24)

  • El día diez del mes séptimo, el día del perdón, harás que resuene la trompeta por todo el país. (Levítico 25, 9)

  • Tan pronto como llegó a tierra de Israel, tocó la trompeta en la montaña de Efraín, y los israelitas bajaron con él de la montaña. Él iba en cabeza. (Jueces 3, 27)

  • Entonces el espíritu del Señor se apoderó de Gedeón, tocó la trompeta, y Abiezer le siguió. (Jueces 6, 34)

  • Yo tocaré la trompeta, yo y todos los que están conmigo; entonces vosotros tocaréis también las trompetas en torno al campamento y gritaréis: ¡Por el Señor y por Gedeón!". (Jueces 7, 18)

  • Jonatán derrotó la guarnición de los filisteos que estaban en Guibeá. Los filisteos, al saberlo, se dijeron: "Los hebreos se han sublevado". Mientras tanto Saúl hizo sonar la trompeta en todo el país, (I Samuel 13, 3)

  • Joab hizo sonar la trompeta, y todo el pueblo se detuvo. Dejó de perseguir a Israel y cesó la lucha. (II Samuel 2, 28)

  • Absalón mandó mensajeros a todas las tribus de Israel, para decirles: "Cuando oigáis el sonido de la trompeta, gritaréis: Absalón reina en Hebrón". (II Samuel 15, 10)

  • Entonces Joab mandó tocar la trompeta, y el ejército cesó de perseguir a Israel, porque Joab lo detuvo. (II Samuel 18, 16)


“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina