Löydetty 121 Tulokset: jóvenes

  • No se habían acostado todavía, cuando los hombres de la ciudad, los sodomitas, jóvenes y ancianos, todo el pueblo sin excepción, cercaron la casa. (Génesis 19, 4)

  • llegaron unos pastores y las echaron de allí. Entonces Moisés se levantó, salió en defensa de las jóvenes y abrevó su rebaño. (Exodo 2, 17)

  • Moisés respondió: "Hemos de ir todos, con nuestros jóvenes y nuestros ancianos, nuestros hijos y nuestras hijas, nuestras ovejas y nuestras vacas, porque para nosotros es una fiesta del Señor". (Exodo 10, 9)

  • Mandó a algunos jóvenes israelitas a ofrecer holocaustos e inmolar novillos como sacrificios de reconciliación en honor del Señor. (Exodo 24, 5)

  • y dejad con vida a las jóvenes que no lo han conocido. (Números 31, 18)

  • Y entregaron al exterminio todo lo que había en la ciudad, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, incluso los bueyes, ovejas y asnos, pasándolos a filo de espada. (Josué 6, 21)

  • Seguramente han encontrado botín y lo están repartiendo; una, dos jóvenes para cada guerrero, un vestido, dos vestidos de colores para Sísara; un vestido, dos vestidos bordados para su cuello. (Jueces 5, 30)

  • El pecado de los jóvenes era muy grande ante el Señor, porque trataban con desprecio las ofrendas hechas al Señor. (I Samuel 2, 17)

  • Cuando subían por la cuesta de la ciudad, se encontraron a unas jóvenes que salían a coger agua, y les preguntaron: "¿Está aquí el vidente?". ( (I Samuel 9, 11)

  • Uno de los jóvenes le dijo: "Yo conozco a un hijo de Jesé, el de Belén, que toca muy bien la cítara; es valiente y hombre de guerra, sabio en sus palabras, de buena presencia, y el Señor está con él". (I Samuel 16, 18)

  • envió a diez jóvenes con esta orden: "Subid al Carmelo, presentaos a Nabal y saludadle de mi parte. (I Samuel 25, 5)

  • Pregunta a tus muchachos y te lo dirán. Atiende a estos jóvenes, ya que han llegado en un día de júbilo. Te ruego que des a tus siervos y a tu hijo David lo que encuentres a mano". (I Samuel 25, 8)


“Deve-se caminhar em nuvens cada vez que se termina uma confissão!” São Padre Pio de Pietrelcina