Löydetty 34 Tulokset: grasas
y acomodarán los trozos, con la cabeza y las grasas, encima de la leña colocada sobre el fuego del altar. (Levítico 1, 8)
Lo descuartizará, y el sacerdote dispondrá los trozos, con la cabeza y las grasas, sobre la leña colocada encima del fuego del altar. (Levítico 1, 12)
De este sacrificio de reconciliación ofrecerá al Señor, como ofrenda quemada, las grasas: la cola entera cortada desde la rabadilla, la grasa que recubre las entrañas y la que hay sobre ellas; (Levítico 3, 9)
El sacerdote lo quemará sobre el altar. Es un alimento quemado, un perfume agradable. Las grasas pertenecen en su totalidad al Señor. (Levítico 3, 16)
Ésta será ley perpetua para todas vuestras generaciones dondequiera que habitéis: nunca comeréis ni las grasas ni la sangre". (Levítico 3, 17)
Tomará todas las grasas del novillo del sacrificio, la grasa que recubre las entrañas y la que hay sobre ellas; (Levítico 4, 8)
Tomará todas las grasas del novillo y las quemará sobre el altar; (Levítico 4, 19)
Luego quemará todas las grasas sobre el altar, como había hecho con las grasas del sacrificio de reconciliación. El sacerdote hará el rito de absolución por el jefe, a quien se le perdonará el pecado. (Levítico 4, 26)
Arrancará luego todas las grasas, como se arrancan en el sacrificio de reconciliación, y el sacerdote las quemará sobre el altar en perfume agradable al Señor. El sacerdote hará el rito de absolución sobre este hombre, que alcanzará el perdón por su pecado. (Levítico 4, 31)
Arrancará luego todas las grasas, como se arrancan en el cordero del sacrificio de reconciliación, y el sacerdote las quemará en el altar sobre las ofrendas quemadas en honor del Señor. El sacerdote hará el rito de absolución sobre este hombre, que alcanzará el perdón de su pecado. (Levítico 4, 35)
El fuego permanecerá siempre encendido sobre el altar, sin apagarse nunca. El sacerdote añadirá cada mañana nueva leña, pondrá encima el holocausto y quemará las grasas de los sacrificios de reconciliación. (Levítico 6, 5)
Serán ofrecidas todas sus grasas: la cola, la grasa que recubre las entrañas, (Levítico 7, 3)
