Löydetty 174 Tulokset: decía

  • El Señor se decía: "¿Ocultaré yo a Abrahán lo que voy a hacer, (Génesis 18, 17)

  • Abrahán decía que Sara, su mujer, era su hermana. Y Abimelec, rey de Guerar, mandó que le trajeran a Sara. (Génesis 20, 2)

  • Rebeca había estado escuchando lo que Isaac decía a su hijo Esaú; y, tan pronto como éste se fue al campo en busca de caza para su padre, (Génesis 27, 5)

  • Si él decía: Las reses manchadas serán tu salario, todas las ovejas del rebaño parían corderos manchados; si decía: Las reses rayadas serán tu salario, todas las ovejas parían corderos rayados. (Génesis 31, 8)

  • Entonces Judá dijo a su nuera: "Vuelve como viuda a la casa de tu padre, hasta que se haga mayor mi hijo Selá". Él se decía: "No sea que muera también él como sus hermanos". Tamar volvió a casa de su padre. (Génesis 38, 11)

  • El marido, al oír lo que le decía su mujer sobre el comportamiento de su esclavo con ella, se enfureció, (Génesis 39, 19)

  • Pero Jacob no dejó ir con sus hermanos a Benjamín, el hermano de José: "No vaya a sucederle, se decía, alguna desgracia". (Génesis 42, 4)

  • Cuando el arca se ponía en marcha, Moisés decía: "¡Levántate, Señor, y sean dispersados tus enemigos; huyan ante ti los que te odian!". (Números 10, 35)

  • Cuando se paraba, decía: "¡Descansa, Señor, entre los incontables ejércitos de Israel!". (Números 10, 36)

  • y todos los israelitas murmuraban contra Moisés y Aarón. La comunidad entera decía: "¡Ojalá hubiéramos muerto en Egipto! ¿Por qué no moriremos en este desierto? (Números 14, 2)

  • Cuando llegó Gedeón, un hombre estaba contando un sueño a un compañero suyo. Decía: "He tenido un sueño: veía un pan redondo de cebada que rodaba por el campamento de los madianitas. Llegó a la tienda, chocó contra ella, le dio la vuelta y la derribó en tierra". (Jueces 7, 13)

  • Zebul le dijo: "¿Dónde está ahora tu boca, que decía: Quién es Abimelec para que le sirvamos? ¿No es ésta la gente a la que tú despreciabas? Sal ahora y preséntales batalla". (Jueces 9, 38)


“Combata vigorosamente, se está interessado em obter o prêmio destinado às almas fortes.” São Padre Pio de Pietrelcina