Löydetty 15 Tulokset: Yerubaal

  • Aquel día dieron a Gedeón el nombre de Yerubaal, pues decían: "Que Baal se defienda de él, ya que le ha destruido su altar". (Jueces 6, 32)

  • Yerubaal, o sea, Gedeón, se levantó de madrugada y todo el pueblo que estaba con él, y acamparon en En Jarod. El campamento de los madianitas se encontraba al norte del suyo, al pie de la colina de Moré, en el valle. (Jueces 7, 1)

  • Yerubaal, hijo de Joás, se fue a vivir a su casa. (Jueces 8, 29)

  • y no demostraron agradecimiento a la casa de Yerubaal, o sea Gedeón, por todo el bien que había hecho a Israel. (Jueces 8, 35)

  • Abimelec, hijo de Yerubaal, se fue a Siquén, a casa de los hermanos de su madre, y dirigió a ellos y a toda la familia de la casa de su madre estas palabras: (Jueces 9, 1)

  • "Haced saber, por favor, a todos los nobles de Siquén: ¿Qué es mejor para vosotros: ser gobernados por setenta hombres, todos los hijos de Yerubaal, o ser gobernados por uno solo? Pensad, además, que yo soy hueso vuestro y carne vuestra". (Jueces 9, 2)

  • Fue a casa de su padre, a Ofrá, y mató a sus hermanos, los hijos de Yerubaal, setenta hombres, sobre una misma piedra. Sólo se salvó Jotán, el hijo menor de Yerubaal, porque se había escondido. (Jueces 9, 5)

  • Ahora bien, si habéis obrado de buena fe y con justicia al elegir por rey a Abimelec, si os habéis portado bien con Yerubaal y con su casa, si lo habéis tratado según sus méritos, (Jueces 9, 16)

  • si habéis obrado de buena fe y con justicia con Yerubaal y su casa en el día de hoy, entonces que Abimelec sea vuestra gloria y vosotros la suya. (Jueces 9, 19)

  • para que el crimen cometido contra los setenta hijos de Yerubaal y su sangre cayese sobre Abimelec, su hermano, que los había matado, y sobre los nobles de Siquén, que le dieron el poder para matar a sus hermanos. (Jueces 9, 24)

  • Entonces Gaal, hijo de Obed, dijo: "¿Qué es Abimelec y quién es Siquén para que debamos ser sus siervos? ¿No sirvió el hijo de Yerubaal y Zebul, su lugarteniente, a las gentes de Jamor, padre de Siquén? ¿Por qué, entonces, debemos servirles nosotros? (Jueces 9, 28)

  • Dios hizo igualmente recaer sobre la cabeza de los hombres de Siquén el mal que habían hecho, cumpliéndose la maldición de Jotán, el hijo de Yerubaal. (Jueces 9, 57)


“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina