Löydetty 359 Tulokset: Eres

  • Con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste sacado; porque polvo eres y en polvo te has de convertir". (Génesis 3, 19)

  • El Señor dijo a Noé: "Entra en el arca tú con toda tu familia, porque tú eres el único hombre justo que he encontrado en esta generación. (Génesis 7, 1)

  • Al llegar a Egipto dijo a Saray, su mujer: "Mira, tú eres una mujer muy hermosa. (Génesis 12, 11)

  • Por favor, di que eres mi hermana, para que se me trate bien gracias a ti, y en atención a ti respeten mi vida". (Génesis 12, 13)

  • Saray dijo a Abrán: "Tú eres el responsable de la afrenta que me hace. Yo puse a mi esclava entre tus brazos, y ella, al verse embarazada, me mira con desprecio. ¡Que el Señor juzgue entre nosotros!". (Génesis 16, 5)

  • Agar dio al Señor, que le había hablado, un nombre, diciendo: "Tú eres El Roí. He visto aquí al que me ve". (Génesis 16, 13)

  • "Escúchanos, señor; tú eres entre nosotros un príncipe de Dios; sepulta a tu difunta en la mejor de nuestras tumbas. Ninguno te negará la suya para que puedas enterrar a tu difunta". (Génesis 23, 6)

  • "¿De quién eres hija? Dime, por favor, ¿habrá sitio en la casa de tu padre para pasar yo allí la noche?". (Génesis 24, 23)

  • Entonces le pregunté: ¿De quién eres hija? Y ella me respondió: Soy hija de Betuel, el hijo que Milcá dio a Najor. Entonces le puse el anillo en la nariz y los brazaletes en los brazos. (Génesis 24, 47)

  • Y bendijeron a Rebeca diciendo: "Tú eres nuestra hermana; ¡crece en millares de millares! ¡Que tu descendencia ocupe la puerta de sus enemigos!". (Génesis 24, 60)

  • Jura que no nos harás daño, como nosotros no te hemos tocado y no te hemos hecho sino bien dejándote ir en paz. Tú eres ahora el bendito del Señor". (Génesis 26, 29)

  • Jacob se acercó a su padre y le dijo: "¡Padre!". "Aquí estoy, respondió él. ¿Quién eres, hijo mío?". (Génesis 27, 18)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina