Löydetty 407 Tulokset: sangre

  • En él tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón de los delitos, según la riqueza de su gracia (Efesios 1, 7)

  • Mas ahora, en Cristo Jesús, vosotros, los que en otro tiempo estabais lejos, habéis llegado a estar cerca por la sangre de Cristo. (Efesios 2, 13)

  • Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los Principados, contra las Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus del Mal que están en las alturas. (Efesios 6, 12)

  • Y aun cuando mi sangre fuera derramada como libación sobre el sacrificio y la ofrenda de vuestra fe, me alegraría y congratularía con vosotros. (Filipenses 2, 17)

  • y reconciliar por él y para él todas las cosas, pacificando, mediante la sangre de su cruz, lo que hay en la tierra y en los cielos. (Colosenses 1, 20)

  • Por tanto, así como los hijos participan de la sangre y de la carne, así también participó él de las mismas, para aniquilar mediante la muerte al señor de la muerte, es decir, al Diablo, (Hebreos 2, 14)

  • Pero en la segunda parte entra una vez al año, y solo, el Sumo Sacerdote, y no sin sangre que ofrecer por sí mismo y por los pecados del pueblo. (Hebreos 9, 7)

  • Y penetró en el santuario una vez para siempre, no con sangre de machos cabríos ni de novillos, sino con su propia sangre, consiguiendo una redención eterna. (Hebreos 9, 12)

  • Pues si la sangre de machos cabríos y de toros y la ceniza de vaca santifica con su aspersión a los contaminados, en orden a la purificación de la carne, (Hebreos 9, 13)

  • ¡cuánto más la sangre de Cristo, que por el Espíritu Eterno se ofreció a sí mismo sin tacha a Dios, purificará de las obras muertas nuestra conciencia para rendir culto a Dios vivo! (Hebreos 9, 14)

  • Así tampoco la primera Alianza se inauguró sin sangre. (Hebreos 9, 18)

  • Pues Moisés, después de haber leído a todo el pueblo todos los preceptos según la Ley, tomó la sangre de los novillos y machos cabríos con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el libro mismo y a todo el pueblo (Hebreos 9, 19)


“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina