Löydetty 626 Tulokset: hermanos

  • pero a Benjamín, hermano de José, no le envió Jacob con sus hermanos, pues se decía: «No vaya a sucederle alguna desgracia.» (Génesis 42, 4)

  • José era el que regía en todo el país, y él mismo en persona era el que distribuía grano a todo el mundo. Llegaron los hermanos de José y se inclinaron rostro en tierra. (Génesis 42, 6)

  • Vio José a sus hermanos y los reconoció, pero él no se dio a conocer, y hablándoles con dureza les dijo: «¿De dónde venís?» Dijeron: «De Canaán, para comprar viveres.» (Génesis 42, 7)

  • O sea, que José reconoció a sus hermanos, pero ellos no le reconocieron. (Génesis 42, 8)

  • Dijéronle: «Tus siervos somos doce hermanos, hijos de un mismo padre, en el país cananeo; sólo que el menor está actualmente con nuestro padre, y el otro no existe.» (Génesis 42, 13)

  • Si sois gente de bien, uno de vuestros hermanos se quedará detenido en la prisión mientras los demás hermanos vais a llevar el grano que tanta falta hace en vuestras casas. (Génesis 42, 19)

  • Y dijo a sus hermanos: «Me han devuelto el dinero; lo tengo aquí en mi talega.» Se quedaron sin aliento, y se miraban temblando y diciendo: «¿Qué es esto que ha hecho Dios con nosotros?» (Génesis 42, 28)

  • que éramos doce hermanos, hijos del mismo padre; que uno de nosotros no existía, y que el otro se encontraba actualmente con nuestro padre en Canaán. (Génesis 42, 32)

  • Judá y sus hermanos entraron a casa de José, que todavía estaba allí, y cayeron rostro en tierra. (Génesis 44, 14)

  • Ahora, pues, que se quede tu siervo en vez del muchacho como esclavo de mi señor, y suba el muchacho con sus hermanos. (Génesis 44, 33)

  • Ya no pudo José contenerse delante de todos los que en pie le asistían y exclamó: «Echad a todo el mundo de mi lado.» Y no quedó nadie con él mientras se daba a conocer José a sus hermanos. (Génesis 45, 1)

  • José dijo a sus hermanos: «Yo soy José. ¿Vive aún mi padre?» Sus hermanos no podían contestarle, porque se habían quedado atónitos ante él. (Génesis 45, 3)


“Temos muita facilidade para pedir, mas não para agradecer”. São Padre Pio de Pietrelcina