Löydetty 329 Tulokset: enemigos

  • Por eso, cuando Yahveh tu Dios te haya asentado al abrigo de todos tus enemigos de alrededor, en la tierra que Yahveh tu Dios te da en herencia para que la poseas, borrarás el recuerdo de Amalec de debajo de los cielos. ¡No lo olvides! (Deuteronomio 25, 19)

  • A los enemigos que se levanten contra ti, Yahveh los pondrá en derrota: salidos por un camino a tu encuentro, por siete caminos huirán de ti. (Deuteronomio 28, 7)

  • Yahveh hará que sucumbas ante tus enemigos: salido a su encuentro por un camino, por siete caminos huirás de ellos, y serás el espanto de todos los reinos de la tierra. (Deuteronomio 28, 25)

  • Tu buey será degollado a tus propios ojos, y no podrás comer de él; tu asno será robado en tu presencia, y no se te devolverá; tus ovejas serán entregadas a tus enemigos, y no habrá quien te salve; (Deuteronomio 28, 31)

  • servirás a los enemigos que Yahveh enviará contra ti, con hambre, sed, desnudez y privación de todo. El pondrá en tu cuello un yugo de hierro hasta que te destruya. (Deuteronomio 28, 48)

  • Yahveh volverá a llevarte a Egipto en barcos, por ese camino del que yo te había dicho: «No volverás a verlo más.» Y allí os ofreceréis en venta a vuestros enemigos como esclavos y esclavas, pero no habrá ni comprador. (Deuteronomio 28, 68)

  • Yahveh tu Dios descargará todas sus imprecaciones sobre los enemigos y adversarios que te han perseguido. (Deuteronomio 30, 7)

  • Mas no es su roca como nuestra Roca, y nuestros enemigos son testigos. (Deuteronomio 32, 31)

  • Embriagaré de sangre mis saetas, y mi espada se saciará de carne: sangre de muertos y cautivos, cabezas encrestadas de enemigos. (Deuteronomio 32, 42)

  • Para Judá dijo esto: Escucha, Yahveh, la voz de Judá y guíale hacia su pueblo. Sus manos le defenderán y tú serás su auxilio contra sus enemigos. (Deuteronomio 33, 7)

  • Bendice, Yahveh, su vigor, y acepta la obra de sus manos. Rompe los lomos a sus adversarios y a sus enemigos, que no se levanten. (Deuteronomio 33, 11)

  • Dichoso tú, Israel, ¿quién como tú, pueblo salvado por Yahveh, cuyo escudo es tu auxilio, cuya espada es tu esplendor? Tus enemigos tratarán de engañarte, pero tú hollarás sus espaldas. (Deuteronomio 33, 29)


“Temos muita facilidade para pedir, mas não para agradecer”. São Padre Pio de Pietrelcina