Löydetty 89 Tulokset: cuarenta

  • Acuérdate de todo el camino que Yahveh tu Dios te ha hecho andar durante estos cuarenta años en el desierto para humillarte, probarte y conocer lo que había en tu corazón: si ibas o no a guardar sus mandamientos. (Deuteronomio 8, 2)

  • No se gastó el vestido que llevabas ni se hincharon tus pies a lo largo de esos cuarenta años. (Deuteronomio 8, 4)

  • Yo había subido al monte a recoger las tablas de piedra, las tablas de la alianza que Yahveh había concluido con vosotros. Permanecí en el monte cuarenta días y cuarenta noches sin comer pan ni beber agua. (Deuteronomio 9, 9)

  • Al cabo de cuarenta días y cuarenta noches, después de darme las dos tablas de piedra, las tablas de la alianza, (Deuteronomio 9, 11)

  • Luego me postré ante Yahveh; como la otra vez, estuve cuarenta días y cuarenta noches sin comer pan ni beber agua, por todo el pecado que habíais cometido haciendo el mal a los ojos de Yahveh hasta irritarle. (Deuteronomio 9, 18)

  • Me postré, pues, ante Yahveh y estuve postrado estos cuarenta días y cuarenta noches, porque Yahveh había hablado de destruiros. (Deuteronomio 9, 25)

  • Yo me quedé en el monte, como la primera vez, cuarenta días y cuarenta noches. También esta vez me escuchó Yahveh y renunció a destruirte. (Deuteronomio 10, 10)

  • Podrá infligirle cuarenta azotes, pero no más, no sea que al golpearle más sea excesivo el castigo, y tu hermano quede envilecido a tus ojos. (Deuteronomio 25, 3)

  • Porque durante cuarenta años anduvieron los israelitas por el desierto, hasta que pereció toda la nación, los hombres salidos de Egipto útiles para la guerra. No obedecieron a la voz de Yahveh y Yahveh les juró que no les dejaría ver la tierra que había prometido a sus padres que nos daría, tierra que mana leche y miel. (Josué 5, 6)

  • Cuarenta años tenía yo cuando Moisés, siervo de Yahveh, me envió de Cadés Barnea a explorar esta tierra y yo le di un informe con toda sinceridad. (Josué 14, 7)

  • El país quedó tranquilo cuarenta años. Y murió Otniel, hijo de Quenaz. (Jueces 3, 11)

  • ¡Así perezcan todos tus enemigos, oh Yahveh! ¡Y sean los que te aman como el salir del sol con todo su fulgor! Y el país quedó tranquilo cuarenta años. (Jueces 5, 31)


“Nas tentações, combata com coragem! Nas quedas, humilhe-se mas não desanime!” São Padre Pio de Pietrelcina