Löydetty 6018 Tulokset: sus

  • Y no lo reconoció, porque sus manos estaban cubiertas de vello, como las de su hermano Esaú. Sin embargo, cuando ya se disponía a bendecirlo, (Génesis 27, 23)

  • Isaac respondió a Esaú: "Lo he constituido tu señor y le he dado como servidores a todos sus hermanos; lo he provisto de trigo y de vino: ¿qué más puedo hacer por ti, hijo mío?". (Génesis 27, 37)

  • Pero aquel mismo día, Labán separó los chivos rayados y moteados, todas las cabras manchadas y moteadas -todo lo que tenía una mancha blanca- y todos los corderos negros, y los confió al cuidado de sus hijos. (Génesis 30, 35)

  • Además, Jacob separó a los carneros y los puso frente a los animales rayados y negros del rebaño de Labán. Así pudo formar sus propios rebaños, que mantuvo separados de los rebaños de Labán. (Génesis 30, 40)

  • Inmediatamente Jacob hizo montar en los camellos a sus hijos y a sus mujeres, (Génesis 31, 17)

  • y se llevó todo su ganado y todos sus bienes -el ganado de su propiedad, que había adquirido en Padán Arám- para ir a la tierra de Canaán, donde se encontraba Isaac, su padre. (Génesis 31, 18)

  • Como Labán estaba ausente, esquilando sus ovejas, Raquel se adueñó de los ídolos familiares que pertenecían a su padre. (Génesis 31, 19)

  • Labán reunió a sus parientes y lo persiguió durante siete días, hasta que al fin lo alcanzó en la montaña de Galaad. (Génesis 31, 23)

  • Labán por su parte, dijo a sus hermanos: "Recojan unas piedras". Ellos las recogieron, las amontonaron y comieron allí, sobre el montón de piedras. (Génesis 31, 46)

  • Luego ofreció un sacrificio sobre la Montaña, e invitó a sus hermanos a participar del banquete. Ellos comieron y pasaron la noche en la Montaña. (Génesis 31, 54)

  • A la madrugada del día siguiente, Labán abrazó a sus nietos y a sus hijas, los bendijo, y regresó a su casa, (Génesis 32, 1)

  • treinta camellas con sus crías, cuarenta vacas y diez toros, veinte asnas y diez asnos. (Génesis 32, 16)


“Viva sempre sob o olhar do Bom Pastor e você ficara’ imune aos pastos contaminados.” São Padre Pio de Pietrelcina