Löydetty 97 Tulokset: salvo
Aquí cerca hay una ciudad -es una población insignificante- donde podré refugiarme. Deja que me quede en ella, ya que es tan pequeña, y así estaré a salvo". (Génesis 19, 20)
y si puedo regresar sano y salvo a la casa de mi padre, el Señor será mi Dios. (Génesis 28, 21)
porque pensó: "Si Esaú acomete contra uno de los grupos y lo destruye, el otro quedará a salvo". (Génesis 32, 9)
A su regreso de Padán Arám, Jacob llegó sano y salvo a la ciudad de Siquém, que está en la tierra de Canaán, y acampó a la vista de la ciudad. (Génesis 33, 18)
Y agregó: "No derramen sangre. Arrójenlo en esa cisterna que está allá afuera, en el desierto, pero no pongan sus manos sobre él". En realidad, su intención era librarlo de sus manos y devolverlo a su padre sano y salvo. (Génesis 37, 22)
Pero Rubén le respondió: "Podrás matar a mis dos hijos si no te lo traigo de vuelta. Déjalo bajo mi cuidado, y yo te lo devolveré sano y salvo". (Génesis 42, 37)
Además, yo me he hecho responsable del muchacho ante mi padre, diciendo: ‘Si no te lo devuelvo sano y salvo, seré culpable ante ti todo el resto de mi vida’. (Génesis 44, 32)
Ellas cubrirán de tal manera la superficie del suelo, que nadie lo podrá ver. Devorarán el resto que se salvó del granizo y acabarán con todos los árboles que crecen en los campos. (Exodo 10, 5)
les responderán: ‘Este es el sacrificio de la Pascua del Señor, que pasó de largo en Egipto por las casas de los israelitas, cuando castigó a los egipcios y salvó a nuestras familias’". El pueblo se postró en señal de adoración. (Exodo 12, 27)
Las aguas envolvieron totalmente a los carros y a los guerreros de todo el ejército del Faraón que habían entrado en medio del mar para perseguir a los israelitas. Ni uno solo se salvó. (Exodo 14, 28)
Aquel día, el Señor salvó a Israel de las manos de los egipcios. Israel vio los cadáveres de los egipcios que yacían a la orilla del mar, (Exodo 14, 30)
El Señor es mi fuerza y mi protección, él me salvó. Él es mi Dios y yo lo glorifico, es el Dios de mi padre y yo proclamo su grandeza. (Exodo 15, 2)