Löydetty 17 Tulokset: preso

  • y los hizo poner bajo custodia en la casa del capitán de guardias, en la misma cárcel donde estaba preso José. (Génesis 40, 3)

  • A medianoche, el Señor exterminó a todos los primogénitos en el país de Egipto, desde el primogénito del Faraón -el que debía sucederle en el trono- hasta el primogénito del que estaba preso en la cárcel, y a todos los primogénitos del ganado. (Exodo 12, 29)

  • El rey se puso fuera de sí y, excitado por las calumnias de ese miserable, escribió a Nicanor, manifestándole su disgusto por el acuerdo y ordenándole que le mandara inmediatamente preso a Antioquía al Macabeo. (II Macabeos 14, 27)

  • En ese entonces, el ejército del rey de Babilonia estaba asediando a Jerusalén, y el profeta Jeremías estaba preso en el patio de la guardia, en la casa del rey de Judá. (Jeremías 32, 2)

  • Allí lo había puesto preso Sedecías, porque profetizaba en estos términos: "Así habla el Señor: Miren que yo voy a entregar esta ciudad en manos del rey de Babilonia, y él la tomará; (Jeremías 32, 3)

  • Yo tenderé mi red sobre él y él quedará preso en mi trampa. Lo llevaré a Babilonia, la tierra de los caldeos, pero no la verá y morirá allí. (Ezequiel 12, 13)

  • Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso. (Mateo 5, 25)

  • desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver". (Mateo 25, 36)

  • ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?". (Mateo 25, 39)

  • estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron". (Mateo 25, 43)

  • Estos, a su vez, le preguntarán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de paso o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?". (Mateo 25, 44)

  • En cada Fiesta, el gobernador acostumbraba a poner en libertad a un preso, a elección del pueblo. (Mateo 27, 15)


“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina