Löydetty 102 Tulokset: digo

  • Yo digo de Ciro: "¡Mi pastor!". Él cumplirá toda mi voluntad, diciendo de Jerusalén: "¡Que sea reconstruida!", y del Templo: "¡Se pondrán tus cimientos!". (Isaías 44, 28)

  • Yo no hablé en lo secreto, en algún lugar de un país tenebroso. Yo no dije a los descendientes de Jacob: "Búsquenme en el vacío". Yo, el Señor, digo lo que es justo, anuncio lo que es recto. (Isaías 45, 19)

  • Yo anuncio el final desde el comienzo, y desde mucho antes, lo que aún no ha sucedido; yo digo: "Mi designio se cumplirá y haré todo lo que me agrade". (Isaías 46, 10)

  • Yo puse mis palabras en tu boca y te oculté a la sombra de mi mano, mientras planto un cielo y fundo una tierra, y digo a Sión: "¡Tú eres mi Pueblo!". (Isaías 51, 16)

  • Sin embargo, escucha bien esta palabra que yo digo a tus oídos, y a los oídos de todo el pueblo: (Jeremías 28, 7)

  • Jeremías respondió a Sedecías: "Si te la digo, seguro que me harás morir; y si te doy un consejo, no me escucharás". (Jeremías 38, 15)

  • Jeremías respondió: "No te entregarán. Escucha entonces la voz del Señor en esto que yo te digo; así te irá bien y estará a salvo tu vida. (Jeremías 38, 20)

  • Si yo digo al justo: "Vivirás", pero él, confiado en su justicia, comete una iniquidad, no quedará ningún recuerdo de su justicia: él morirá por la iniquidad que cometió. (Ezequiel 33, 13)

  • Por el contrario, si digo al malvado: "Morirás", pero él se convierte de su pecado y practica el derecho y la justicia: (Ezequiel 33, 14)

  • y no se contenten con decir: "Tenemos por padre a Abraham". Porque yo les digo que de estas piedras Dios puede hacer surgir hijos de Abraham. (Mateo 3, 9)

  • Pero yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, será condenado por el tribunal. Y todo aquel que lo insulta, será castigado por el Sanedrín. Y el que lo maldice, será condenado a la Gehena de fuego. (Mateo 5, 22)

  • Pero yo les digo: El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón. (Mateo 5, 28)


“Nossa Senhora recebeu pela inefável bondade de Jesus a força de suportar até o fim as provações do seu amor. Que você também possa encontrar a força de perseverar com o Senhor até o Calvário!” São Padre Pio de Pietrelcina