Löydetty 119 Tulokset: carros

  • Pero el Señor dijo a Josué: "No les tengas miedo, porque mañana, a esta misma hora, yo haré que estén todos muertos delante de Israel. Tú mutilarás sus caballos y quemarás sus carros de guerra". (Josué 11, 6)

  • Y Josué los trató como el Señor se lo había mandado: mutiló a sus caballos y quemó sus carros de guerra. (Josué 11, 9)

  • Los hijos de José dijeron: "La montaña no nos basta, y en las llanuras todos los cananeos tienen carros de hierro, tanto los de Bet Seán y sus ciudades dependientes, como los de la llanura de Izreel". (Josué 17, 16)

  • porque la montaña les pertenecerá. Y si ella está cubierta de bosques, la talarán y será de ustedes hasta sus límites, ya que desposeerán a los cananeos, por más que tengan carros de hierro y sean muy fuertes. (Josué 17, 18)

  • y a sus padres, y ustedes llegaron al mar. Los egipcios persiguieron a sus padres, con carros y guerreros, hasta el Mar Rojo. (Josué 24, 6)

  • El Señor estaba con Judá, y este pudo ocupar la Montaña, pero no logró desposeer a los habitantes de la llanura, porque estaban equipados con carros de hierro. (Jueces 1, 19)

  • Los israelitas clamaron al Señor, porque Iabín tenía novecientos carros de hierro y había oprimido duramente a los israelitas durante veinte años. (Jueces 4, 3)

  • Yo atraeré hacia ti, al torrente Quisón, a Sísara, jefe del ejército de Iabín, con sus carros y sus tropas, y los pondré en tus manos’". (Jueces 4, 7)

  • aquel reunió todos sus carros de guerra -novecientos carros de hierro- y a toda la gente de que disponía, y los condujo desde Jaróset Ha Goím hasta el torrente de Quisón. (Jueces 4, 13)

  • y el Señor hizo que Sísara, todos sus carros y todo su ejército huyeran despavoridos delante de Barac. Sísara se bajó de su carro de guerra y huyó a pie. (Jueces 4, 15)

  • Barac persiguió a los carros y al ejército hasta Jaróset Ha Goím, y todo el ejército de Sísara cayó al filo de la espada. No quedó ni un solo sobreviviente. (Jueces 4, 16)

  • La madre de Sísara se asoma por la ventana, a través del enrejado, y se lamenta: ‘¿Por qué tarda en llegar su carro? ¿Por qué se han retrasado sus carros de combate?’. (Jueces 5, 28)


“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina