Löydetty 41 Tulokset: aves

  • Entonces los bendijo, diciendo: "Sean fecundos y multiplíquense; llenen las aguas de los mares y que las aves se multipliquen sobre la tierra". (Génesis 1, 22)

  • Dios dijo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza; y que le estén sometidos los peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, y todos los animales que se arrastran por el suelo". (Génesis 1, 26)

  • Y los bendijo, diciéndoles: "Sean fecundos, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todos los vivientes que se mueven sobre la tierra". (Génesis 1, 28)

  • El hombre puso un nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves del cielo y a todos los animales del campo; pero entre ellos no encontró la ayuda adecuada. (Génesis 2, 20)

  • Saca también a todos los seres vivientes que están contigo -aves, ganado o cualquier clase de animales que se arrastran por el suelo- y que ellos llenen la tierra, sean fecundos y se multipliquen". (Génesis 8, 17)

  • Las aves de rapiña se abalanzaron sobre los animales muertos, pero Abrám las espantó. (Génesis 15, 11)

  • También deberán considerar inmundas -y por lo tanto, no las podrán comer- a las siguientes aves: el águila, el quebrantahuesos, el águila marina, (Levítico 11, 13)

  • Estas son las instrucciones acerca de los animales, de las aves, de todos los seres vivientes que se mueven en las aguas, y de todos los demás animales que se arrastran por el suelo. (Levítico 11, 46)

  • de animales que viven en la tierra o de aves que vuelan por el espacio, (Deuteronomio 4, 17)

  • Podrán comer todas las especies de aves puras. (Deuteronomio 14, 11)

  • Tus cadáveres serán pasto de todas las aves del cielo y de todos los animales de la tierra, y no habrá nadie que los espante. (Deuteronomio 28, 26)

  • Rispá, hija de Aiá, tomó una lona y la tendió para poder recostarse sobre la roca. Así estuvo desde el comienzo de la cosecha hasta que las lluvias cayeron del cielo sobre los cadáveres, espantando durante el día a las aves del cielo y durante la noche a las fieras del campo. (II Samuel 21, 10)


“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina