Löydetty 102 Tulokset: atención

  • dándoles esta orden: "¡Presten atención! Ustedes estarán emboscados detrás de la ciudad. No se alejen demasiado de ella y manténganse alerta. (Josué 8, 4)

  • Sansón bajó a Timná, y allí le llamó la atención una mujer filistea. (Jueces 14, 1)

  • Como estaba a punto de morir, las mujeres que la asistían le dijeron: "No temas, has tenido un varón". Pero ella no respondió ni prestó atención. (I Samuel 4, 20)

  • Pero Amasá no había prestado atención a la espada que tenía Joab en la mano izquierda, y este lo hirió en el bajo vientre, desparramando sus entrañas por el suelo. Así murió Amasá, sin que Joab tuviera que repetir el golpe. Luego Joab y su hermano Abisai se lanzaron en persecución de Seba, hijo de Bicrí. (II Samuel 20, 10)

  • A la mañana siguiente, me levanté para amamantar a mi hijo, y vi que estaba muerto. Pero cuando lo observé con mayor atención a la luz del día, advertí que no era mi hijo, el que yo había tenido". (I Reyes 3, 21)

  • "En atención a esta Casa que estás construyendo, si tú caminas según mis preceptos, si practicas mis leyes y observas mis mandamientos, obrando de acuerdo con ellos, yo cumpliré mi palabra acerca de ti, la que dije a tu padre David: (I Reyes 6, 12)

  • Y una vez pasado el mediodía, se entregaron al delirio profético hasta la hora en que se ofrece la oblación. Pero no se oyó ninguna voz, ni hubo nadie que respondiera o prestara atención. (I Reyes 18, 29)

  • Y él dijo: "¡Presten atención, todo Judá, todos ustedes, habitantes de Jerusalén, y tú, rey Josafat! Así les habla el Señor: No teman ni se acobarden ante esa gran muchedumbre, porque esta guerra no es de ustedes sino de Dios. (II Crónicas 20, 15)

  • El señor habló a Manasés y a su pueblo, pero ellos no le prestaron atención. (II Crónicas 33, 10)

  • El Señor, el Dios de sus padres, les llamó la atención constantemente por medio de sus mensajeros, porque tenía compasión de su pueblo y de su Morada. (II Crónicas 36, 15)

  • Luego, desde el alba hasta promediar el día, leyó el libro en la plaza que está ante la puerta del Agua, en presencia de los hombres, de las mujeres y de todos los que podían entender. Y todo el pueblo seguía con atención la lectura del libro de la Ley. (Nehemías 8, 3)

  • Presta atención a mi plegaria, muéstrate propicio con tu heredad, cambia nuestro duelo en alegría, para que vivamos y cantemos himnos a tu Nombre, Señor. ¡No hagas enmudecer la boca de los que te alaban!". (Ester 13, 17)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina