Löydetty 16 Tulokset: Partido

  • Habían partido de Refidím, y cuando llegaron al desierto del Sinaí, establecieron allí su campamento. Israel acampó frente a la montaña. (Exodo 19, 2)

  • Ajías, hijo de Ajitub, hermano de Icabod, hijo de Pinjás, hijo de Elí, el sacerdote del Señor en Silo, llevaba el efod. La tropa tampoco sabía que Jonatán había partido. (I Samuel 14, 3)

  • Pero el partido de Omrí prevaleció sobre los partidarios de Tibní, hijo de Guinat. Tibní murió y Omrí quedó como rey. (I Reyes 16, 22)

  • No, él será el primero en acusarlos si toman partido solapadamente. (Job 13, 10)

  • No tomaré partido por nadie, no adularé a ningún hombre. (Job 32, 21)

  • que no toma partido por los príncipes ni favorece al rico en perjuicio del pobre, porque todos son obra de sus manos! (Job 34, 19)

  • Ya que el muerto descansa, deja en paz su memoria, y trata de consolarte, porque ha partido su espíritu. (Eclesiástico 38, 23)

  • Habían partido llorando, pero yo los traigo llenos de consuelo; los conduciré a los torrentes de agua por un camino llano, donde ellos no tropezarán. Porque yo soy un padre para Israel y Efraím es mi primogénito. (Jeremías 31, 9)

  • Sus adversarios han prevalecido, sus enemigos están tranquilos, porque el Señor la ha llenado de aflicción por sus muchas rebeldías. Sus niños han partido al cautiverio delante del adversario. (Lamentaciones 1, 5)

  • Pero el Señor es justo, porque yo fui rebelde a su palabra. ¡Oigan bien, todos los pueblos, y miren mi dolor! Mis vírgenes y mis jóvenes han partido al cautiverio. (Lamentaciones 1, 18)

  • Porque los ídolos dan respuestas vanas, y los adivinos ven visiones engañosas, relatan sueños quiméricos y dan consuelos ilusorios. Por eso la gente ha partido como un rebaño, están afligidos porque no tienen pastor. (Zacarías 10, 2)

  • Al día siguiente, la multitud que se había quedado en la otra orilla vio que Jesús no había subido con sus discípulos en la única barca que había allí, sino que ellos habían partido solos. (Juan 6, 22)


“Seja modesto no olhar.” São Padre Pio de Pietrelcina