Löydetty 14 Tulokset: merecen

• Por la vida de Yavé, merecen la muerte todos ustedes, que no han cuidado a su señor, el ungido de Yavé. ¿Dónde está la lanza del rey y el jarro de agua que había junto a su cabecera?» (1 Samuel 26, 16)

• Págales tú de acuerdo a sus obras y según la malicia de sus crímenes, dáles lo mismo que han hecho sus manos, págales como se lo merecen. (Salmos 28, 4)

• Vuélvete a mí y ten de mí piedad, como los que aman tu nombre lo merecen. (Salmos 119, 132)

• Le decían: «No obres con nosotros según merecen nuestras maldades, sino según tu misericordia.» (1 Macabeos 13, 46)

• Entonces el Macabeo contempló la muchedumbre que tenía delante y que los combatía con tantas armas diversas, con el apoyo de feroces elefantes; levantó las manos al cielo e invocó al Señor que obra prodigios, pues bien sabía que da la victoria a los que la merecen y que ésta no depende de las armas, sino de la voluntad de Dios. (2 Macabeos 15, 21)

• Reconózcanle el trabajo de sus manos: un público homenaje merecen sus obras". (Proverbios 31, 31)

• El culto a los dioses, que ni siquiera merecen tal nombre, es el comienzo, la causa y el fin de todo mal. (Sabiduría 14, 27)

• Hay conversaciones que merecen la muerte: son inaceptables entre los descendientes de Jacob. Los verdaderos fieles se abstienten de ellas y no se revuelcan en el pecado. (Sirácides (Eclesiástico) 23, 12)

• Esto dice Yavé rrespecto de este pueblo: ¡Cómo les gusta correr de acá para allá, si no paran un momento! Yavé no los quiere, pues se acuerda ahora de sus crímenes y del castigo que merecen. (Jeremías 14, 10)

• Actuaré con ustedes conforme al honor de mi Nombre y no a como lo merecen su conducta y sus malas acciones, dice Yavé, entonces sabrán que yo soy Yavé. (Ezequiel 20, 44)

• Y si son los egipcios quienes se niegan a hacerlo, Yavé los castigará como lo merecen las naciones que no vengan a celebrar esa dicha fiesta. (Zacarías 14, 18)

• no es mucho que sus servidores se disfracen también de servidores del bien. Pero su fin será el que se merecen sus obras. (2º Carta a los Corintios 11, 15)