Löydetty 1903 Tulokset: mal

  • ellos serán testigos de que yo no pasaré más allá hacia ti para hacerte daño, ni tú pasarás más acá hacia mí para causarme mal. (Génesis 31, 52)

  • Si aceptamos, sus rebaños, sus posesiones, sus animales y todo lo que tienen, será de nosotros. Hagamos, pues, lo que nos piden y que vivan entre nosotros.» (Génesis 34, 23)

  • Dijo entonces Jacob a Simeón y a Leví: «Me han dejado en mala situación, y por culpa de ustedes me odiarán los cananeos y los fereceos que ocupan el país. Yo sólo tengo unos pocos hombres, y si ellos se unen para atacarme, me exterminarán junto con toda mi gente.» (Génesis 34, 30)

  • Tomó después Esaú a sus esposas, a sus hijos e hijas, a todos los miembros de su familia, los rebaños, todos los animales y todos los bienes que había logrado en la tierra de Canaán, y se fue a la tierra de Seir, lejos de su hermano Jacob, (Génesis 36, 6)

  • Elifaz, hijo de Esaú, tenía también a Timna como concubina, y le dio a luz a Amalec. Estos son los descendientes de Ada, esposa de Esaú. (Génesis 36, 12)

  • el jefe Coré, el jefe Gatam, el jefe Amalec. Estos son los jefes de Elifaz en la tierra de Edom. Estos son descendientes de Ada. (Génesis 36, 16)

  • Y los hijos de Sebeón: Aia y Aná. Este Aná es el que descubrió las aguas termales en el desierto, mientras andaba pastoreando los burros de su padre Sebeón. (Génesis 36, 24)

  • Esta es la historia de la familia de Jacob. A los diecisiete años, José se dedicaba a cuidar ovejas. Siendo todavía un adolescente, ayudaba a los hijos de Bilá y de Zelfa, mujeres de su padre y por lo tanto, informaba a su padre sobre la mala reputación que sus hermanos tenían. (Génesis 37, 2)

  • Este es el momento: matémoslo y echémoslo en un pozo cualquiera, y diremos que algún animal feroz lo devoró. ¡Ahí vamos a ver en qué quedan sus sueños!» (Génesis 37, 20)

  • Jacob la reconoció y exclamó: «¡Es la túnica de mi hijo. Algún animal feroz lo ha devorado! ¡José ha sido despedazado!» (Génesis 37, 33)

  • Er, primogénito de Judá, fue malo a los ojos de Yavé, y él le quitó la vida. (Génesis 38, 7)

  • Aquí tengo tanto poder como él. Nada me ha prohibido, excepto a ti, porque eres su esposa. ¿Cómo, pues, voy a cometer un mal tan grande, y pecar contra Dios?» (Génesis 39, 9)


“Peçamos a São José o dom da perseverança até o final”. São Padre Pio de Pietrelcina