Löydetty 84 Tulokset: estamos

  • y ellos comentaban entre sí: «Verdaderamente estamos pagando lo que hicimos con nuestro hermano, pues a pesar de ver su aflicción y de oír sus súplicas, no le hicimos caso. Por eso ahora ha venido sobre nosotros esta desgracia.» (Génesis 42, 21)

  • Rubén dijo a los demás: «¿No les decía yo que no le hicieran mal al muchacho? Pero ustedes no me escucharon y ahora estamos pagando por su muerte.» (Génesis 42, 22)

  • y les dijeron: «Estamos impuros por haber tocado un cadáver humano, ¡qué lástima que no podamos presentar la ofrenda a Yavé cuando los hijos de Israel la están celebrando!» (Números 9, 7)

  • Los israelitas le dijeron a Moisés: "¡Nos morimos, estamos perdidos! Nos estamos muriendo todos! (Números 17, 27)

  • Entonces clamamos a Yavé y él escuchó nuestro clamor: envió a un ángel que nos sacó de Egipto. Ahora estamos en Cadés, el oasis que colinda con tu país. (Números 20, 16)

  • y murmuró contra Dios y Moisés: "¿Por qué nos hicieron subir de Egipto para que muramos en el desierto sin pan y sin agua? ¡Ya estamos aburridos de esta comida sin gracia! (Números 21, 5)

  • Pues su alianza, no la tiene pactada con nuestros padres, sino más bien con nosotros que hoy estamos aquí todos vivos. (Deuteronomio 5, 3)

  • «Sé que Yavé, el Dios de ustedes, les ha entregado este país; estamos asustados y los habitantes del país tiemblan ante ustedes. (Josué 2, 9)

  • Y ahora estamos en tus manos; haz con nosotros lo que te parezca bueno y justo.» (Josué 9, 25)

  • ¿Les parece poco el pecado que se cometió en Baal Fogor, del que todavía no estamos purificados aún, cuando Israel tuvo que padecer un terrible castigo? (Josué 22, 17)

  • Le dijeron: «Consulta, pues, a Dios para que sepamos si el viaje que estamos haciendo tendrá éxito.» (Jueces 18, 5)

  • Y él respondió: «Estamos de paso, venimos de Belén de Judá y vamos hasta los confines de los cerros de Efraím, de donde soy. Fui a Belén de Judá y ahora vuelvo a mi casa, pero aquí nadie me ha ofrecido la suya. (Jueces 19, 18)


“Se você não entrega seu coração a Deus, o que lhe entrega?” “Você deve seguir outra estrada. Tire de seu coração todas as paixões deste mundo, humilhe-se na poeira e reze! Dessa forma, certamente você encontrará Deus, que lhe dará paz e serenidade nesta vida e a eterna beatitude na próxima.” São Padre Pio de Pietrelcina