Löydetty 72 Tulokset: alta

  • Se colocó, pues, a la entrada del campamento y llamó en voz alta: «¡Vengan a mí los que estén por Yavé!» Todos los de la tribu de Leví se juntaron en torno a él. (Exodo 32, 26)

  • Pues yo soy Yavé, Dios de ustedes, que los saqué del país de Egipto para que no fueran más esclavos de ellos, y rompí el bastón de sus vigilantes para que salieran ustedes con la cabeza alta. (Levítico 26, 13)

  • (Antiguamente habitaban allí los emíos, pueblo grande, numeroso y de alta estatura, como los enaceos. (Deuteronomio 2, 10)

  • Es un pueblo grande, de alta estatura, los enaceos, que tú mismo has visto y de quienes se dice que nadie puede vencerlos. (Deuteronomio 9, 2)

  • Entonces los levitas tomarán la palabra y dirán en voz alta para que lo oigan todos los israelitas: (Deuteronomio 27, 14)

  • No olvidó ninguna palabra de cuantas escribió Moisés. Las leyó en voz alta delante de la asamblea de todo Israel, incluso las mujeres, niños y extranjeros que vivían entre ellos. (Josué 8, 35)

  • Entonces se acercó Ehud, mientras el rey estaba sentado en su galería alta particular, que era más fresca. Ehud le dijo: «Señor, tengo un encargo de Dios para ti.» (Jueces 3, 20)

  • Ehud salió por la ventana, habiendo cerrado tras de sí las puertas de la galería alta y echado los cerrojos. (Jueces 3, 23)

  • Después que se fue, llegaron los servidores y vieron que las puertas de la galería alta tenían puesto el cerrojo. Se dijeron: Seguro que está haciendo sus necesidades en la galería fresca. (Jueces 3, 24)

  • Esperaron largo rato, pero no se abrían las puertas de la galería alta. Por fin tomaron las llaves y abrieron. Su señor yacía en tierra, muerto. (Jueces 3, 25)

  • Y desde allí llamó en voz alta a la gente de Saúl y a Abner, hijo de Ner, diciendo: «Abner, ¿no respondes?» (1 Samuel 26, 14)

  • Los israelitas que vivían en la parte alta del valle y al otro lado del Jordán vieron huir a las tropas de Israel. Cuando supieron que Saúl y sus hijos habían muerto, abandonaron sus pueblos y huyeron y los filisteos subieron a ocuparlos. (1 Samuel 31, 7)


“Que o Espírito Santo guie a sua inteligência, faça-o descobrir a verdade escondida na Sagrada Escritura e inflame a sua vontade para praticá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina