Löydetty 25 Tulokset: alabanzas

  • A él irán tus alabanzas, pues El es tu Dios, que ha hecho por ti las cosas asombrosas que has visto. (Deuteronomio 10, 21)

  • En el momento en que comenzaron las aclamaciones y las alabanzas, Yavé preparó una trampa en que cayeron los hijos de Amón, los de Moab y los del monte Seír que habían venido para atacar a Judá. (2 Crónicas 20, 22)

  • Escucha mi plegaria, mira con bondad a este pueblo y cambia nuestra pena en alegría para que así podamos, ¡oh Señor!, entonar alabanzas a tu Nombre. No dejes que se cierre para siempre la boca de los que ahora te alaban.» (Ester 13, 17)

  • Invoco al Señor que es digno de alabanzas, y me veo libre de mis enemigos. (Salmos 18, 4)

  • Grande es el Señor y muy digno de alabanzas, en la ciudad de nuestro Dios, en su monte santo (Salmos 48, 2)

  • Aclamen a Dios en toda la tierra, canten salmos a su glorioso nombre, hagan alarde de sus alabanzas. (Salmos 66, 2)

  • Mi boca le gritaba alabanzas pues estaban debajo de mi lengua. (Salmos 66, 17)

  • Por mi boca al Señor doy muchas gracias y alabanzas en medio de la muchedumbre, (Salmos 109, 30)

  • Al término de estas hazañas entonaron himnos y alabanzas al Señor, que había engrandecido a Israel y le había dado la victoria. (2 Macabeos 10, 38)

  • No cantes tus propias alabanzas; podrías caer y atraerte la deshonra. Si no tienes el temor del Señor y vives en la mentira, él revelará tus secretos y te echará por tierra en público. (Sirácides (Eclesiástico) 1, 30)

  • Glorifiquen su nombre y publiquen sus alabanzas; canten, toquen el arpa, aclámenlo diciendo: (Sirácides (Eclesiástico) 39, 15)

  • Si bien ellos dejaron un nombre, y todavía se repiten sus alabanzas, (Sirácides (Eclesiástico) 44, 8)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina