Löydetty 15 Tulokset: Lloraba
Lo abrió y vio que era un niño que lloraba. Se compadeció de él y exclamó: «¡Es un niño de los hebreos!» (Exodo 2, 6)
Moisés oyó que el pueblo lloraba, cada familia a la entrada de su tienda, mientras ardía la cólera de Yavé. Moisés se afectó mucho por eso. (Números 11, 10)
Justo a ese momento, un israelita introducía en su tienda a una moabita, a la vista de Moisés y de toda la comunidad que lloraba a la entrada de la Tienda de las Citas. (Números 25, 6)
Estaba llena de amargura y lloraba sin consuelo. Suplicó a Yavé (1 Samuel 1, 10)
Después se retiró Samuel para Ramá, y Saúl a su casa en Guibea de Saúl. Samuel no vio más a Saúl hasta el día de su muerte. Y lloraba por él, porque Yavé se había arrepentido de haberlo hecho rey de Israel. (1 Samuel 15, 34)
cuando enterraron a Abner en Hebrón. El rey sollozaba junto al sepulcro y todo el pueblo lloraba con él. (2 Samuel 3, 32)
Joab supo que el rey lloraba y se lamentaba por Absalón. (2 Samuel 19, 2)
Y aquel día, la victoria se cambió en luto para todo el ejército, pues todos supieron que el rey lloraba la muerte de su hijo. (2 Samuel 19, 3)
Mientras que Esdras, postrado ante la Casa de Dios, lloraba, rezaba y hacía esta confesión, una inmensa muchedumbre de hombres, mujeres y niños de Israel se juntaron cerca de él; y este pueblo lloraba copiosamente. (Esdras 10, 1)
Ragüel se paró de un salto y lo abrazó llorando: «Bendito seas, hijo. Tienes un padre honrado y bueno. ¡Qué pena que un hombre tan justo y caritativo haya quedado ciego!» Y abrazando a Tobías lloraba. (Tobías 7, 6)
«Mi hijo ha muerto». Y lloraba, diciendo: (Tobías 10, 4)
«Sí, mi hijo ha muerto, no me engañes». Y todos los días salía al camino por donde se había ido su hijo. De día no comía y en las noches lloraba sin poder dormir. (Tobías 10, 7)
