Salmos, 118
12. Me rodeaban como avispas, cayeron como zarza que se quema, pues en nombre del Señor los humillé.
12. Me rodeaban como avispas, cayeron como zarza que se quema, pues en nombre del Señor los humillé.
“Não abandone sua alma à tentação, diz o Espírito Santo, já que a alegria do coração é a vida da alma e uma fonte inexaurível de santidade.” São Padre Pio de Pietrelcina