48. Se parece a un hombre que al construir su casa cavó, profundizó y puso el cimiento sobre la roca; cuando luego vino la crecida y el río se precipitó contra la casa, no pudo derruirla porque estaba bien cimentada.





“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina