10. Me acerqué a él y lo maté, porque sabía que no podría sobrevivir después de su caída. Tomé la corona que llevaba sobre su cabeza y el brazalete que tenía en su brazo y los he traído aquí, mi señor".





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina