28. Siempre que el rey iba al templo del Señor, la guardia los llevaba, y luego los volvía a poner en la sala de guardia.





“Sejam como pequenas abelhas espirituais, que levam para sua colméia apenas mel e cera. Que, por meio de sua conversa, sua casa seja repleta de docilidade, paz, concórdia, humildade e piedade!” São Padre Pio de Pietrelcina