36. y a su hijo una sola, a fin de que mi servidor David tenga siempre una lámpara ante mí en Jerusalén, la ciudad que yo me elegí para poner mi Nombre en ella.





“Que Nossa Mãe do Céu tenha piedade de nós e com um olhar maternal levante-nos, purifique-nos e eleve-nos a Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina