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  • Págale cada día su salario, antes de ponerse el sol, pues es pobre y espera impacientemente su jornal. De lo contrario, apelará al Señor, y tú serás culpable. (Deuteronomio 24, 15)

  • Él replicó: "Hija mía; este segundo acto de piedad es todavía mejor que el primero, pues no has buscado ningún joven, rico o pobre. (Rut 3, 10)

  • El Señor envió al profeta Natán a ver a David. Se presentó a él y le dijo: "En la ciudad había dos hombres, uno rico y otro pobre. (II Samuel 12, 1)

  • El pobre no tenía nada; sólo una corderilla que había comprado. Él la había criado y había crecido con él y con sus hijos; comía de su pan, bebía de su vaso y dormía en su seno. La tenía como una hija. (II Samuel 12, 3)

  • Llegó un huésped a casa del rico, y éste no quiso tomar de sus ovejas ni de sus bueyes para dar de comer al huésped. Robó la corderilla del hombre pobre y se la sirvió a su huésped". (II Samuel 12, 4)

  • Como la mesa estaba preparada para mí con alimentos abundantes, dije a mi hijo Tobías: "Hijo mío, ve en busca de un pobre de entre nuestros compatriotas cautivos en Nínive que de veras se acuerde del Señor, y tráelo a comer conmigo. Espero hasta que vuelvas". (Tobías 2, 2)

  • Tobías salió en busca de un pobre de entre nuestros connacionales, volvió y me dijo: "Padre". Yo le respondí: "¿Qué, hijo mío?". Replicó: "Padre, uno de nuestro pueblo ha sido estrangulado y tirado en la plaza". (Tobías 2, 3)

  • Practica con tus bienes la limosna y no apartes tu rostro de ningún pobre, porque así no apartará de ti su rostro el Señor. (Tobías 4, 7)

  • Arranca de sus fauces al mísero, y al pobre de las garras del violento; (Job 5, 15)

  • Arrancan al huérfano del pecho, toman en prenda al lactante del pobre. (Job 24, 9)

  • Antes del día se levanta el asesino, mata al mísero y al pobre, y por la noche merodea el ladrón. (Job 24, 14)

  • pues yo libraba al pobre que gemía, al huérfano que no tenía apoyo. (Job 29, 12)


“Os talentos de que fala o Evangelho são os cinco sentidos, a inteligência e a vontade. Quem tem mais talentos, tem maior dever de usá-los para o bem dos outros.” São Padre Pio de Pietrelcina