Fundar 27 Resultados para: llaga

  • El sacerdote examinará la llaga de la piel: si los pelos de la parte afectada se han vuelto blancos y la llaga es más profunda que el resto de la piel, es llaga de lepra. Una vez examinado, el sacerdote lo declarará impuro. (Levítico 13, 3)

  • El séptimo día lo examinará: si constata que la llaga sigue en su estado sin extenderse en la piel, lo tendrá aislado siete días más. (Levítico 13, 5)

  • Al séptimo día lo volverá a examinar; si ve que la llaga ha perdido brillo y no se ha extendido por la piel, el sacerdote lo declarará puro: se trata de una pústula. Lavará sus vestidos y quedará puro. (Levítico 13, 6)

  • Pero tan pronto como aparezca sobre él una llaga, será impuro. (Levítico 13, 14)

  • El sacerdote examinará la llaga y lo declarará impuro, pues la llaga es cosa impura: es lepra. (Levítico 13, 15)

  • Pero si la llaga cambia de nuevo y se pone blanca, se presentará al sacerdote. (Levítico 13, 16)

  • "Si un hombre o una mujer tienen una llaga en la cabeza o en la barba, (Levítico 13, 29)

  • el sacerdote examinará la llaga; si la llaga está más hundida que la piel y el pelo se ha vuelto amarillento y ralo, declarará impuro al enfermo: es tiña, la lepra de la cabeza y de la barba. (Levítico 13, 30)

  • Si en el reconocimiento de la llaga tiñosa el sacerdote no ve la piel hundida ni el pelo amarillento, aislará al enfermo durante siete días, (Levítico 13, 31)

  • y al séptimo día examinará la llaga; si la tiña no se ha extendido, el pelo no se ha vuelto amarillento y la piel no se ha hundido, (Levítico 13, 32)

  • Pero si en la parte calva de la cabeza aparece una llaga de un blanco rosáceo, es lepra que brota de la calvicie. (Levítico 13, 42)

  • El sacerdote la examinará; si la inflamación de la llaga es de un color blanco rosáceo, como el de la lepra de la piel, (Levítico 13, 43)


“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina